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Por qué deberías elegir ruedas de carbono ligeras

En una bicicleta de carreras, las ruedas, después del cuadro, son el componente más importante en el que invertir recursos económicos.

En los primeros años del siglo XXI salieron las primeras ruedas de carbono pero despertaron muchas sospechas. Su peso y estructura ligeros los hacían peligrosos y difíciles de conducir, ya que frenar con una llanta de carbono era mucho menos efectivo que con una llanta de aluminio. Hoy, sin embargo, los estudios sobre ruedas han evolucionado y han alcanzado niveles de profundidad increíbles. 21 años después de su introducción, todos los profesionales utilizan ruedas de carbono, en todas las condiciones climáticas y en cualquier tipo de carretera. Incluso en todoterreno se aplica la misma regla. Incluso en los descensos se utiliza fibra de carbono, y esto, por lo tanto, puede permitirnos comprender cuánta seguridad hay detrás de un producto de este tipo.

Una rueda de carbono es mejor que una de aluminio porque, en primer lugar, es más ligera. La fibra de carbono pesa menos que el aluminio y, por lo tanto, es más fácil ahorrar gramos en un componente voluminoso como una rueda. La ligereza en el ciclismo lo es todo, entre un par de ruedas de carbono y una de aluminio puede haber hasta 800 gramos de diferencia que sobre un peso total de 7 kg es mucho.

Además de la ligereza, el carbono tiene otra cualidad que lo hace perfecto para el ciclismo: la rigidez. Perder menos potencia es uno de los objetivos más importantes en este deporte, y la fibra de carbono, con su increíble rigidez, es capaz de dar vida a unas ruedas que flexionan poco y son capaces de descargar toda la potencia sobre el asfalto.

Ligereza y rigidez aseguran que el rodamiento de la rueda sea lo más suave posible, garantizando un gran ahorro energético en largas distancias, pero también una increíble reactividad a corto plazo cuando se quiere acelerar.

Todo esto, sumado a la construcción de ruedas de carbono con un perfil más alto, también las hace increíblemente aerodinámicas. La aerodinámica es el tema más estudiado en el ciclismo moderno ya que puede ahorrarle mucha energía al ciclista. Una rueda de carbono con un perfil de 50 mm garantiza una excelente penetración del aire, lo que significa una menor resistencia al aire y una mayor suavidad.

Seguramente una rueda de perfil alto cambiará tu estilo de conducción, llevándote a tener que tener más cuidado en las curvas y en días con poco viento, pero si no te apetece usar esas ruedas, siempre puedes elegir 40 perfiles intermedios. o 30 milímetros, que son polivalentes y utilizables en cualquier tipo de recorrido.

En el pasado, frenar con ruedas de carbono era complicado, la pista de frenado se calentaba mucho y la frenada se hacía muy larga. Afortunadamente, los fabricantes de ruedas han conseguido eliminar este problema que, también gracias a la aparición de los frenos de disco, ha desaparecido definitivamente.

Teniendo ruedas ligeras de carbono hoy significa aguantar menos esfuerzo, gastar menos energía y ser mucho más rápido en todas las fases de la carrera: desde descensos a gran velocidad hasta subidas con mucha pendiente. Ligereza, aerodinámica y rigidez son la clave del éxito de las ruedas de carbono en el mundo del ciclismo.

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