Muchas fat bikes no vienen con una horquilla de suspensión delantera, ya que inicialmente fueron diseñadas para nieve y arena donde no era necesaria la suspensión. Sin embargo, a medida que el uso de fat bikes se ha expandido más allá de su propósito original, más ciclistas han comenzado a optar por horquillas de suspensión. Si bien los neumáticos anchos y de baja presión ya absorben muchos golpes, una horquilla de suspensión delantera puede marcar una gran diferencia cuando se conduce por terrenos accidentados con rocas y raíces.
Horquilla Fat Bike con suspensión delantera de 120 mm de recorrido
Sin embargo, existen algunos inconvenientes al utilizar una horquilla de suspensión en una fat bike. En primer lugar, añade peso extra a la ya pesada bicicleta. En segundo lugar, pueden resultar bastante caros; una horquilla de alta calidad como la RockShox Bluto puede costar hasta 700 dólares.
Alternativamente, se puede optar por una horquilla rígida de carbono, que es mucho más ligera y puede absorber mejor las vibraciones que las horquillas de acero o aluminio. Las horquillas de carbono también son más asequibles y algunas están disponibles por menos de una cuarta parte del precio de una horquilla de suspensión total.
En última instancia, la elección entre una horquilla de suspensión y una horquilla rígida de carbono depende de las necesidades del ciclista, su presupuesto y el terreno que planea recorrer. Si está en juego el uso de bicicletas, una actualización de la suspensión o de la horquilla de carbono podría ser innecesaria. Sin embargo, si planeas montar tu fat bike en terrenos accidentados con rocas y raíces, una horquilla de suspensión podría ser la mejor opción. Por otro lado, si circulas principalmente por campos nevados en invierno, una horquilla de carbono es la mejor opción.
Recuerde que los neumáticos gruesos brindan agarre y tracción, mientras que la suspensión sirve para el control. Sirven para diferentes propósitos, pero se pueden usar juntos para optimizar su capacidad de conducción.